jueves, 2 de junio de 2011

Capítulo 4

Los Angeles  -  Sábado, 31 de Diciembre del 2011 – 11:45 p.m
Ya no dolía la herida en su corazón que el hombre australiano había provocado con infidelidades, Miley intentaba encontrar la respuesta al porque no había llorado tanto. Tal vez nunca lo amé, se decía a sí misma.
Miró a su alrededor, estaba su familia reunida por la celebración de un nuevo año, nuevos proyectos por venir y por supuesto, nuevas experiencias. En el fondo logró sentir buena vibra, algo diferente a los años anteriores, sabía que el futuro le tenía preparado mejores oportunidades. Lo que no sabía ella, era que ya tenía un destino escrito, un destino que se completaba poco a poco con el pasar del tiempo.
El reloj lanzó un sonido indicando el inicio de un nuevo año, entre familiares se abrazaron con augurio, dándose palmadas de felicidad y diciéndose palabras alentadoras. Entonces, su celular comenzó a sonar, leyendo lo que aparecia en la pantalla.
“Feliz año Nuevo, espero estemos cada vez más unidos. Un nuevo año significa olvidar los errores cometidos y los que otros cometieron para dañarte. Mucho cariño para ti y tu familia.
Te quiero.”
Sonrió tras leer el mensaje de texto, recordando como la relación que había decidido comenzar desde cero con Nick iba creciendo. No dudo en darle respuesta, tomándole menos de 5 minutos.
“Lo mismo para ti y tu familia. Espero que sigamos en contacto, ustedes se han convertido, prácticamente, en mi segunda familia. Si durante este nuevo año necesitas apoyo, recuerda que tienes una amiga a quien confiarle palabras, sólo camina dos cuadras hahaha”
Horas más tarde, Miley se encontraba sola en casa, recogiendo platos sucios para que al día siguiente su ayudante de limpieza lavara y limpiara el lugar. Se sintió vacía por un momento, había sido una mala idea comprar una casa tan grande para que sólo una persona la habitara. Cuando sintió el ardor en los ojos subió a ponerse ropa cómoda, preparándose para dormir.
Antes de que pudiera apagar luces, tuvo que bajar cuando escucho el timbre sonar, sorprendiéndose al ver por la pequeña pantalla conectada con una cámara de seguridad en la entrada, ¿qué demonios hacía Nicholas fuera de su casa a las 4 de la madrugada?
Agarró un suéter para protegerse del frío al salir, esperó a que Nicholas llegara hasta la puerta de entrada, no llevaba auto, así que tardó un poco en llegar donde ella. Se abrazaron de tal forma que no quisieron separarse, fue como conectarse el uno con el otro.
“Perdón si te he despertado, me sentía solo” Dijo Nicholas. “Dijiste que sólo caminara dos cuadras”
Ambos sonrieron antes de entrar y sentarse en el mismo sofá, aunque aun asi, manteniendo distancia.
“Tenía la esperanza de encontrarme con tu familia” Mencionó. “Extraño las bromas de Billy”
“Nick, las bromas de mi papá son pésimas, no entiendo como pueden hacerte reir” Dijo, soltando una risita al final.
El Sol comenzó a asomarse entre los ventanales, dando a entender que definitivamente, ya era un nuevo día, pero no cualquier día, era primero de enero.
Un primero de enero donde dos personas se encontraban juntas disfrutando el momento, reunidos con la decisión de perdonar los daños al corazón que ambos se hicieron el uno al otro, empezar desde cero o más bien, la continuación de una historia formada desde su pubertad.

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