Las revistas y programas sobre chismes hablaban ya sobre la ruptura entre la joven cantante y el actor australiano Liam Hemsworth justo dos semanas después de que esté hubiera ocurrido, aún no había salido a luz cual habia sido la razón del rompimiento, ambos esperaban que eso no fuera nunca rebelado.
Miley debía admitir que al principio había sido difícil, aún dolía pero seguiría adelante con su nuevo disco, nunca se permitiría dejarse caer de tal modo que abandonara lo que más le gustaba. En el fondo esperaba encontrar a una persona que le fuese fiel al decir la palabra te amo, muy metida en sus pensamientos, su teléfono celular sonó al ritmo de It´s my life, llevándose una sorpresa al ver el nombre que aparecía en la pantalla del aparato.
“¿Nick?”
Al otro lado de la línea telefónica se escuchó un respingo.
“Sí, soy yo” Mencionó. “¿Cómo sigues? Me preguntaba si…¿puedo ir a tu casa?”
La última pregunta fue como un golpe dentro de ella, ¿por qué querría su ex visitarla? Tardó unos segundos en reaccionar. “Por supuesto, te espero” Mencionó, cortando la llamada después de despedirse.
Él vivía a dos cuadras por lo tanto, no le sorprendió que se hubiese presentado en menos de 15 minutos. Se miraron el uno al otro sentados en diferentes sofás, era…extraño.
“Seré honesta, ¿por qué viniste?” Preguntó Miley. “Tres años sin hablarnos y de pronto somos amigos otra vez, ¿qué esperas de mi?”
Nicholas rió, lo unico que había cambiado en ella era la edad, ahora era toda una mujer pero seguía siendo igual de honesta y directa ha como la conocía. ¿Cómo podía responder aquella pregunta? Ni el mismo sabía la razón por la que se encontraba sentado en la sala de su ex novia.
Lanzó un suspiro, intentando encontrar la respuesta.
“Estoy preocupado por ti” Dijo de la manera más honesta.
Aquellas palabras fueron extrañas, era como si un desconocido le dijera que se preocupaba con ella. Intentaba no tomárselo muy enserio.
“No deberías, tengo a mi familia para eso Nicholas” Respondió. “Agradezco tus palabras”
Se sentían como dos extraños, ambos permanecieron en silencio durante un largo rato, ella jugando con sus dedos para evitar su mirada y él con la mirada baja, un poco dolido por la respuesta obtenida.
“¿Miley?” La chica le miró con fijeza al escuchar su nombre. “Me he decidido a recuperar tu confianza, quiero que seamos amigos”
¿Amigos? Pensó ella. La última vez que habían sido amigos las cosas se complicaron, ambos estaban pendientes el uno del otro, casi como una relación no justificada. No era buena idea, cometerían el mismo error. Cuando algo no funcionaba la primera vez y tampoco la segunda entonces era caso perdido.
“No entiendo porque intentas recuperar nuestra amistad, hace tres años no funcionó, dudo que ahora lo haga”
“No entiendo porque intentas recuperar nuestra amistad, hace tres años no funcionó, dudo que ahora lo haga”
“Te aprecio” Dijo. “Al igual que mi familia, Frankie se graduó en la mañana, le haremos una celebración y quería saber si…puedes ir”
De pronto pensó en el menor de los Jonas, su bebé, como ella lo llamaba. Sonrió dirigiéndose hacia las escaleras.
“¿A dónde vas?”
Miley dio la vuelta para mirarle.
“Me arreglaré, después de todo, mi bebé se ha graduado”
Ambos sonrieron, recordando como solían decir que Frankie era su hijo, cuando los tiempos eran buenos, cuando la felicidad y los problemas no existían para ellos.
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