Los Angeles - Lunes, 12 de Diciembre del 2011 - 5:33 a.m
Con unos minutos de retraso, Miley se proponía a llegar al estudio donde grabarían su próximo disco poniendo en fecha salir para el año siguiente. A los 19 años de edad ella se proponía aún a seguir dentro del mundo de la música sin importar ciertos comentarios malos.
Su novio manejaba el auto de ella, los problemas entre ellos comenzaban a hervir con el paso de los días, ahora parecía que los tres años que llevan juntos no importaban para Liam. Ella le había perdido la confianza semanas atrás cuando lo vio besando a otra mujer, una modelo; no dijo ni una palabra a él sobre lo que había visto, Miley esperaba encontrar una solución a pesar de que a su novio parecía no importarle.
La joven de cabello castaño bajó del auto mientras su novio buscaba un lugar donde estacionarse, adelantándose entonces hacia el estudio para encontrarse con su manager y los productores, ya todo estaba organizado. Lograron grabar dos canciones antes de tomar un descanso, el descanso que se convertiría en la búsqueda implacable del chico australiano. Se paralizó cuando vio a su novio teniendo relaciones con la misma modelo dentro de una habitación solitaria, comenzando a soltar lágrimas tras correr, no queria recordar lo que acaba de visualizar.
Pudieron haber pasado minutos pero para ella habían sido horas, el dolor en su pecho no cesaba, se sentía humillada, traicionada y como una idiota al saber que probablemente, no era la primera vez que aquella mujer y Liam se acostaban. Entonces se giró hacia el hombre que había tocado su hombro, sintiéndose avergonzada por llorar frente a su ex.
“Nick” Hubo susurrado sin dejar de soltar lágrimas.
“Miley” Entonó al instante. “¿Por qué lloras?”
Agachó la mirada soltando un chillido ahogado en su garganta y tapándose al tiempo la cara con sus frágiles manos, se sentía mal, toda la felicidad que había obtenido al estar grabando fue remplazada por el odio combinado con vergüenza y tristeza del alma.
“Dejame sola” Mencionó entre lágrimas. “Por favor”
Sus palabras fueron ignoradas
De alguna manera u otra, le dolió verla estando así, ella solía ser una chica sonriente y jamás pensó que el recuentro desde hace más de tres años entre ellos fuese a ser de ese modo. Por unos segundos dudó en abrazarla o no, haciéndolo en cuanto le hubo pedido que se fuera, el cuerpo de la que era ahora una mujer se tensó, dejándose caer rendido ante sus brazos y dedicándose a dejar caer lágrimas.
“¿Por qué lloras?” Repitió.
Miley se alejó del cuerpo del chico, negando con la cabeza para dar a entender que no hablaría sobre ello, le daba vergüenza. Necesitaba ir a casa, llorar todo el día y por último, dar por terminada su relación con el australiano.
“¿Podrías llevarme a casa, por favor?”
Cedió con rapidez al ver la tristeza que sus ojos reflejaban, la conocía casi tanto como si fuera su madre, el brillo había desaparecido en estos, haciéndole preocupar.
Las puertas de la entrada a la casa de Miley se abrieron, adentrándose con el auto, Nicholas detrás del volante y ella en el lado del co-piloto. Ambos entraron en el lugar que ahora le pertenecía a la chica millonaria, dejándose abrazar de nuevo por el fornido hombre.
“Dime que sucede” Dijo Nick. “No me iré hasta que me digas”
Se sentaron en el sofá minimalista de la sala, dándole su tiempo para hasta que ella se decidiese a hablar. Preocupado por lo que fuera que hubiese sucedido.
“Vi a Liam teniendo relaciones con una modelo, desconozco su nombre, fue justo a unas cuantas habitaciones de donde estaba en el estudio” Lloró con intensidad. “Por favor, no lo menciones a nadie”
La rabia se hizo presente en el cuerpo de Nicholas, haciéndolo levantarse y soltar blasfemias contra el joven australiano. No había cosa más asquerosa que engañar a una novia, con los puños cerrados se prometió asi mismo hacerle pagar por el daño provocado sobre la persona que durante algún tiempo había sido su todo.
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